Desde que nacemos podemos estar cargando con una energía que “no nos pertenece” del todo, si nuestro nombre es igual al de un Ancestro. Nuestro nombre moverá frecuencias determinadas por nuestros padres a modo kármico (porque padres e hijos tienen una historia previa, desde antes de conocerse). Nuestro nombre nos da nuestra identidad, y se manifiesta como una impronta energética que trae con ella mucha información, además nos va a definir en nuestra vida. Muchas veces nuestro nombre viene de una herencia familiar. Nuestros padres nos “honran”, “honrando” a un familiar al darnos su nombre. Si tienes la oportunidad de preguntarle a tus padres, porque escogieron tu nombre, entonces vas a conocer una historia que a lo mejor estas viviendo sin darte cuenta.
Saber, ¿Cuáles fueron los motivos que los impulsaron a colocarte ese nombre? ¿Fueron ellos quienes lo hicieron o fue otro familiar?
Sistémicamente, el que lleves el nombre de un familiar, pudiera estar llevando esa carga energética de su vida y estarla viviendo sin tener consciencia de ello.
Nuestro nombre es nuestro primer contrato, según nos muestra Alejandro Jodorowsky, sobre las cargas de los nombres que llevamos y de quiénes los tomamos o quienes nos los pusieron y con qué intención. Según Jodorowsky, nuestro nombre o la manera en que nos llaman tiene un impacto muy potente sobre la mente. Nos lo repiten durante toda nuestra vida.
Es un fuerte identificador simbólico de la personalidad, un talismán o una prisión que nos impide ser y crecer.
Los nombres que recibimos son como contratos inconscientes que pueden limitar nuestra libertad y/o condicionar nuestra vida.
Cuando un nombre se repite en la familia es como un testigo que estamos pasando, pretendiendo que la generación que recibe el testigo siga, desde su lealtad y buena consciencia los mandatos familiares.
Si somos católicos o realizamos en nuestra religión un acto, un ritual para poner el nombre a es@ nin@, a partir de allí en la psique de es@ niñ@ queda grabada esa identidad.
La psique infantil, tal como haría un animal doméstico, se identifica a ese sonido con el que constantemente atraen su atención. Termina incorporándolo a su existencia como si fuera un órgano más. En la mayoría de los casos, en los nombres se desliza el deseo familiar de que los antepasados renazcan: el inconsciente puede disfrazar esta presencia de los muertos no sólo repitiendo el nombre entero (en muchas familias el primogénito recibe el mismo nombre que su padre, su abuelo, su bisabuelo; si es mujer puede recibir un nombre masculinizado que pasa por ejemplo de Francisco a Francisca, de Marcelo a Marcela, de Bernardo a Bernarda, etc.). Este nombre, si viene cargado de una historia, a veces secreta (suicidio, enfermedad venérea, pena de cárcel, prostitución, incesto o vicio, quizás de un abuelo, una tía, un primo), se hace vehículo de sufrimientos o de conductas que poco a poco invaden la vida de quien lo ha recibido.
Según Alejandro Jodorowsky, tanto el nombre como los apellidos encierran programas mentales que son como semillas, de ellos pueden surgir árboles frutales o plantas venenosas. En el árbol genealógico los nombres repetidos son vehículos de dramas, conflictos no resueltos
Observa mentalmente tu árbol por un momento: ¿hay nombres que se repiten? ¿qué están repitiendo estas personas? ¿alguna rompió el contrato de algún modo?
¿dejó de repetir el mismo destino? ¿Y tú? ¿has heredado tu nombre de alguien anterior? ¿cuál fue su destino? ¿te está afectando de alguna manera?
Significado inconsciente de los nombres
El inconsciente, por su naturaleza colectiva, esconde significados en los nombres que el individuo, sin conocerlos conscientemente, padece. Los nombres de santos inducen cualidades, pero también transmiten martirios. Algunas María pueden verse asediadas por el deseo de engendrar a un niño perfecto. Algunos José pueden tener dificultad para satisfacer a una mujer. A santa Valeria le cortaron la cabeza: las mujeres que reciben este nombre pueden tender a la locura. Ciertas Mercedes, nombre que desciende del latín merces (salario, pago), pueden ser tentadas por el comercio, ejercido con honradez, ademasd la Virgen de las Mercedes, es protectora de los presos, o sea que es posible que una persona que se llame Mercedes tenga inclinaciones hacia el Derecho o para ella el tema de la injusticia sea algo importante
Los nombres, en el inconsciente, funcionan como mantras (versos tomados de las obras védicas y usados como encantos). Estas palabras, por su repetición constante, originan vibraciones que producen determinados efectos ocultos. Los brahmanes creen que cada sonido en el mundo físico despierta un sonido correspondiente en los reinos invisibles e incita a la acción de una fuerza u otra. Según ellos, el sonido de una palabra es un eficaz agente mágico y la principal llave para establecer la comunicación con las entidades inmortales. Para la persona que desde que nace hasta que muere repite y escucha repetir su nombre, éste funciona como un mantra. Pero un sonido repetido puede ser benéfico o dañino. En la mayoría de los casos el nombre consolida una individualidad limitada. El ego
- Si es por algo material, adquiriremos las propiedades de ese elemento. Por ejemplo, “si me llamo como la muñeca de mi hermana, me convertiré en su muñeca, ella jugará conmigo, me dominará”.
- Si me llamo por algo inmaterial, tenderé a fines abstractos ideados por nuestros padres, desatendiendo lo real e incluso, por oposición a ellos, llegaré a materializar lo contrario a lo que llevo escrito en el nombre. Llamarse Libertad, Paz, Luz, no siempre es sinónimo de ser libre, vivir en paz y tener las cosas claras.
¿Quién ha dado el nombre?
Quien ponga el nombre, ejerce una influencia sobre ese niñ@, , toma poder sobre lo nombrado. No es lo mismo llamarme Micaela por mi abuela paterna, si el nombre se le ocurrió a mi padre para repetir el nudo incestuoso, o por mi madre, para ser aceptada en la familia de mi padre, dándole una hija-clon de su suegra.
Si el que puso el nombre no fue ninguno de los padres, para el niñ@, su inconsciente lo puede ver como sus padres. Si resulta que el nombre se lo puso un amigo(a) de papa o de mamá, es posible que la madre o el padre estén viendo a esa persona en el niño, (lo que quiere decir que no lo miran a él), o que el niño este buscando a esa persona porque lo siente como si fuera sus padres, lo que puede traer confusión en el(la) niñ@. Para el niñ@ es como si esta persona fuera su papá o su mamá, y eso puede traerle confusión.
Los nombres dentro del sistema familiar nos cuentan una historia que puede ser la causa de muchos de nuestros sufrimientos, porque podemos sentir internamente que nuestra vida no nos pertenece o bien que más adelante sintamos la necesidad de cambiarnos el nombre o bien usar un seudónimo que resuene más con nosotros o bien traer con ese nombre a alguien excluido.
Veamos algunas implicaciones con relación a los nombres:
- Nombres de Ángeles (terminan en “El” Gabriel, Rafael, Ángel, etc.): “El”, Significa Dios, aqui podemos tener varios análisis:
- ¿quién ha muerto joven en el sistema; un aborto previo o un hijo antes de nacer? ¿Quién ha sido el angelito que ha muerto e intentas revivir con este nombre?
- También puede ser que la vida de este niño haya estado en peligro y se perciba como un milagro.
- Pueden ser personas que no se sienten encarnados, es decir, que sienten como si no tuvieran vivos.
- Nombres de Vírgenes: se asocian a la pureza, la virginidad, nombres que exigen perfección absoluta, que nos limitan en muchos aspectos e incluso en la sexualidad
- Nombres de Santos: Se puede pretender saldar una deuda pendiente (ya sea porque el niño ha estado en peligro o por una culpa familiar), esto pudiera ser una característica que pueda llevar el niño sobre la vida de ese santo. Conocer el significado que la Iglesia le da a ese santo, también puede ser interesante para observar la personalidad de ese niño
- Nombres del sexo contrario a tu género (Ej. Juan / Juana, Francisco/Francisca, Jose/Josefina, Antonio/Antonia, etc.):Se le dice indirectamente al niño que no está bien visto en su propio sexo (era de un sexo que no esperaba) y por lo tanto el niño puede imitar al sexo contrario. O bien están trayendo a alguien querido a través del nombre del niño una ex pareja del padre o la madre.
- Nombres de Familiares o de Ancestros muertos:Si hay un nombre que se repite en el sistema, es porque esta persona tiene una influencia en el sistema familiar y por lo tanto varias generaciones colocan a todos sus descendientes el nombre de esta persona… es importante observar la vida de esta persona y ver las similitudes con la nuestra y sobre todo agradecer.
- Al llamar a un niño como a un familiar «se le invita a que ocupe el lugar del otro, porque un nombre tiene una historia y es muy posible que ese niño acabe identificándose con el destino de ese nombre». En este caso la recomendación es conocer la historia del ancestro y chequear con tu propia historia a ver que coincidencia hay. De hecho, hay niños que se llaman como uno de los abuelos y que, cuando hablan, parece que «el que está hablando es el viejo usando el cuerpo del niño», eso es lo que en psicogenealogía se denomina el ‘efecto ventrílocuo’ y que se produce cuando una persona habla como si fuera su antepasado.Aquí es importante para poder darle continuidad a la vida del sistema, que se haga un trabajo honrando profundamente a esta persona en nuestro corazón, darle su lugar, hacer un acto simbólico donde lo envíes a la luz, por ejemplo.
- Nombre de un hijo previo fallecido:Cuando hacemos esto, le estamos “robando” la identidad al hijo vivo. Permitiendo que a través de la mirada de los padres y de la familia, este desaparezca porque están mirando es al hijo muerto. Aquí observamos características de niños que quieren pasar desapercibidos, tienden a vestirse de negro, duermen con el cuerpo rígido, con los brazos cruzados, se la pasan con el puño cerrado, pelo que le cubre el rostro, capuchas, etc. Es peligroso nacer después de un hermano muerto y recibir el nombre del desaparecido. Eso nos condena a ser el otro, nunca nosotros mismos. Es lo que Salomón Sellam llamo Síndrome del Yaciente
- Nombre del Padre o Madre: Deseo narcisista del padre o de la madre de realizarse a través del hijo. El hijo ya siente presión por la vinculación con sus padres y llevando el nombre se siente con la responsabilidad y culpa subyacente de no poderle dar honor al nombre del padre, realizando lo que el otro hubiese deseado para sí mismo. Aquí pudiéramos hablar del Proyecto Sentido del Padre o Madre para con ese hijo
- Cuando un(a) hij@ lleva el nombre de un(a) antiguo(a)a novio(a) de alguno de sus padres, se ve condenado(a) a ser “la novia de papá” o “el novio de mamá” durante toda su vida.
- Una depresión puede ser una expresión de una persona que lleva el nombre de algún familiar que se haya suicidado. Y aquí podemos incluir a los “accidentes fatales”, ya que se considera que un “accidente” es un suicidio disfrazado.
- Si una madre que no ha resuelto el nudo incestuoso con su padre da al niño el nombre de aquel abuelo, el hijo, preso en la trampa edípica, se verá impulsado a imitar al antepasado admirándolo y al mismo tiempo detestándolo, por ser un rival invencible
- Los Pascual, Jesús, Enmanuel, Cristián o Cristóbal es muy posible que padezcan delirios de perfección y a los 33 años tengan angustias de muerte, accidentes, ruinas económicas o enfermedades graves.
¿Qué podemos hacer cuando tenemos el nombre de algún familiar o de un ancestro?
- Investiga de dónde viene el nombre, que significa, para poder entender cuál es el conflicto que no se resolvió y que quizás tu estas viviendo.
- Preguntar, preguntar, preguntar. Los más mínimos detalles. ¿De qué murió la tía, el abuelo?, aquella persona de la cual tu llevas su nombre. Investíguelo todo. Pregunte hasta lo más insignificante, desvele los secretos, abra los cajones. Interrogue a la abuela, visite al tío loco. “Todo lo que se calla en una generación lo grita la siguiente”. De esta manera, comenzarás arando la tierra para que ese árbol tenga nuevo follaje, contribuir a su fortalecimiento, a que eche ramas y a que algún día dé flores que acabarán transformándose en frutos y de esa forma garantizar la supervivencia del Clan.
- Realizar unaceremonia personal donde se agradezca el nombre dado y se suelte la carga correspondiente.
- Lo ideal sería que cada personase diera un nombre que resonara con ella llegada su etapa adulta. Así como lo hacen algunas culturas o religiones. En las que el nombre denota una serie de características, dones y talentos desarrollados a nivel personal. En algunos países se pueden incluso cambiar el nombre sin ningún problema.
- Igualmente si no tienes a ningún familiar que te cuente la historia de tu nombre. Medita y busca la respuesta en tu interior, incluso puedes crear un nuevo significado para tu nombre.
- La manera de romper este círculo es ir a las raíces de ese árbol genealógico para conocer cómo es el follaje, de modo que se puedan disolver las cargas familiares con el fin de usar los recursos propios para recuperar el destino. «Desde el mismo momento en el que alguien toma conciencia de la enfermedad de su sistema familiar, inicia un proceso de curación de su genealogía y la liberación de sus dinámicas ocultas, rompiendo y desvelando tabúes y secretos familiares que enfermaban el árbol genealógico».
- Realizar un Acto psicomágico que permita la limpieza transgeneracional de tu nombre
A veces los nombres dados son producto del deseo inconsciente de solucionar situaciones dolorosas.
- Por ejemplo, si un hombre, cuando era niño fue separado de su madre, llamará a su hijo Juan-María, realizando en ese doble nombre su deseo de unirse con ella.
- Si un pequeño muere, al que le sigue lo pueden llamar René (del latín renatus, lo que significa «renacido»).
- Si después de una niña nace un niño al que se le bautiza con el nombre de ella masculinizado (Antonia seguida de Antonio, Francisca seguida de Francisco, etc.), puede denunciar que el nacimiento de la nena fue una decepción y la joven, considerándose el esquema de un futuro hombre, puede vivir sumida en un doloroso desprecio a sí misma, sintiéndose incompleta.
- Si una mujer con fijación incestuosa se casa con un hombre que tiene el mismo nombre que su padre, puede engendrar hijos que padezcan una confusión generacional: inconscientemente, al vivirse como hijos de su abuelo, considerarán a su madre como una hermana, lo que les provocará inmadurez.
- Un nombre tomado de personajes famosos: Impone una meta que exige la celebridad, lo que puede ser angustioso si no se tiene talento o las mismos dones del personaje, lo que puede significar el vivir frustrado y/o fracasado al no poder seguir el guion
- Si los padres transforman el nombre de sus hijos en diminutivos (Lolo, Pepe, Rosi, Panchita), pueden fijarlos para siempre en la infancia.
- Los diminutivos: “Me llamo Manuel como mi abuelo, pero me dicen Manolito”, han proyectado en ti la figura de tu abuelo, pero tienes prohibido crecer y superarlo.
- Los nombres compuestos: “Me llamo José Luís, por mi padre y mi abuelo”. Pobre de ti si la relación entre ellos era farragosa
Cambiarnos de nombre como terapia liberadora
Una alternativa para solucionar esta situación sistémica, seria cambiarte de nombre.
En algunos países esto es posible, en otro las regulaciones y los papeleos son desafiantes.La Kabbalah, por ejemplo, cuando un estudiante tiene internalizado las enseñanzas, recomienda el cambio de nombre para tener la energía de una matriarca o un patriarca, esto transforma (según ellos) la energía de la persona.
Ahora bien, debemos dar este paso si realmente estamos seguro de ello, ya que nos podría traer consecuencias mayores, ya que pudiéramos empezar a tener problemas a nivel del sistema por sentirnos excluidos.Es importante sentirnos parte del “Clan”, y realizarnos un cambio de nombre nos puede hacer sentir excluidos.
Entonces tendríamos otros problemas que afrontar. Metafóricamente, el nombre que nos dan los padres es como un archivo del GPS que nos va indicando caminos digitalizados y guardados en la memoria familiar.Al nacer, nos instalan el archivo y vamos deambulando por el mundo por rutas más o menos pedregosas y abruptas, pero nos sentimos como en casa, porque ya fueron trazadas por el sistema operativo del árbol. Cambiarnos de nombre es arrojar el GPS por la ventanilla del coche y empezar a ver y a recorrer nuevos caminos, conquistar territorios que no habían sido archivados por nuestro árbol.
Los nombres que atraemos para reparar
Al tener nuestro nombre una vibración y frecuencia especifica, vamos a estar atrayendo lo mismo o similares a nuestra vida.
¿Para qué? Para que resolvamos aquello que esta sin resolver en nuestro sistema. No podemos olvidar que estamos aquí porque nuestro sistema así lo requiere, sino hacemos falta para solucionar algo, simplemente no nacemos.
Inconscientemente nos sentimos atraídos por cientos nombres que reflejen lo que somos (a veces son exactos y otras veces están ocultos detrás de máscaras, sólo hay similitudes léxicas o fonéticas): Nuestra parte sana y positiva es un receptor que sintoniza con ciertos nombres, porque nos hacen gozar y sentirnos seguros.
Nuestra parte enferma y negativa es otro receptor que sintoniza nombres determinados, porque hay una intención supraconsciente de resolver el conflicto. Así como nuestra parte positiva, atrae experiencias felices.
Reflexionemos de nuevo en los nombres de lo que hemos atraído a nuestro mundo, ¿qué nos están diciendo?:
- El nombre de nuestra empresa, centro de trabajo, escuela…
- El nombre de nuestra pareja, amigos, jefes, profesores…
- Personas que se cruzan en nuestro camino por “accidente” y se llaman exactamente igual que nuestro padre (o madre, hermano…)
Cómo elegir un nombre
- Lo ideal es que en un estado meditativo los padres piensen en el nombre que quieren ponerle a su hij@
- Por lo general si los padres tienen una buena comunicación interna, van a recibir e incluso, los dos el mismo nombre.
- Si este nombre existe en el Árbol Genealógico, entonces cambiarlo. Esto seria lo ideal, sin embargo, no olvidemos: hay algo mas grande, y sobre eso inicialmente no podemos hacer nada. En todo caso, ver como se puede honrar a ese ancestro, cuyo nombre llegue en estado meditativo y chequear como poder ayudarlo en la resolución del conflicto no resuelto y que ese niño o niña viene a reparar.
- Alejandro Jodorowsky afirma que cada uno tenemos un nombre (podemos hacer un ejercicio de meditación o de visualización para conectar con nuestro guía interior y pedirle nuestro nombre o el de nuestro bebé) que viene con nosotros incluso antes de ser concebidos.
Toda esta información, ha sido obtenida de diferentes paginas web de internet. Algunas anotaciones son mi interpretacion con relación al tema sistémico. Como digo en mis charlas y Conferencias, «Mi nivel de Verdad», entendiendo que hay muchas verdades sobre estos temas tan apasionantes.